miércoles, 3 de septiembre de 2014

UNA REPÚBLICA LIBRE


Es necesario recordar un poco la historia de los orígenes de América, cuyos nativos eran libres hasta la llegada de los españoles que los conquistaron, reduciéndolos a condición de esclavitud y servidumbre, imponiendo un sistema de gobierno,  que no solo exploto nuestros recursos naturales, sino también a nuestra gente. 

En recuerdo a la barbarie sufrida por nuestros pueblos, el himno nacional de Guatemala, hace énfasis en su letra, el repudio, por el sometimiento que fueron objeto nuestros antepasados, cuando indica: 

“…ni haya esclavos que laman el yugo
ni tiranos que escupan tu faz.
Si mañana tu suelo sagrado
lo amenaza invasión extranjera,
libre al viento tu hermosa bandera
a vencer o a morir llamará.”

Hoy a pocos días de cumplir 193 años la declaratoria de independencia, es necesario reflexionar sobre la clase de libertad que tenemos los guatemaltecos de bien. En este hermoso país, todos los días roban, extorsionan, violan, secuestran, trafican personas o las asesinan, ante la incapacidad del estado de brindar seguridad.

Ante esta ola de violencia y criminalidad,  los guatemaltecos hemos tenido que limitar algunas libertades para preservar nuestras vidas, hemos tenido que aprender a vivir detrás de barrotes, paredes con razor, alarmas con sistema de movimiento, cámaras de seguridad, etc.   

El líder sudafricano Nelson Mandela dijo: “Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás.”

La libertad va más allá del derecho personal abarca el derecho ajeno, en el entendido que al ejercitar éste, no puede atentar contra el derecho de otra persona, que también lo está ejercitando, ya que el choque de esas “libertades”, atenta contra la paz.

El estado tiene por cabeza al gobierno y si este no funciona se pierde el control sobre el pueblo que es el cuerpo, la apariencia que se tiene del estado guatemalteco es de total anarquía y descontrol, que no es más que el reflejo de su gobierno.

Este país necesita refundar la república, lo cual se dice fácil, pero restablecer las bases del  sistema republicano, no será sencillo, pero es necesario hacerlo, ya que de lo contrario seguiremos sin ver una verdadera división de poderes, o la existencia de un sistema político incluyente que garantice la representación de todos, sustentada en los ideales de una sociedad en la que exista libertad, igualdad y justicia.

El presidente de la república, es la principal figura política del estado republicano laicista que representa y por ende el obligado a restablecer la bases del sistema que lo llevo al ejercicio del poder. 

La teoría de los pesos y contrapesos de Montesquieu, que no es más que una verdadera división de poderes, división que confronta y amenaza a los políticos corruptos, ya que su implementación implica controles de un poder del estado a otro, lo que garantiza principalmente un correcto uso de los recursos del estado y segundo el ejercicio de un poder sin ningún tipo de injerencia.

En Guatemala hay dos dichos populares que parecen ejemplificar lo que ocurre ante el desorden estatal y son: “en rio revuelto, ganancia de pescadores” y “en gaveta abierta, hasta el más santo peca”.

La Constitución Política de la República de Guatemala indica que nuestro sistema de gobierno es republicano, democrático y representativo, ya es tiempo de vivir en una verdadera república y que se cumpla el ideal de una vida republicana, y se haga realidad  lo señala que nuestra carta magna cuando indica: “donde gobernados y gobernantes procedan con absoluto apego al Derecho”.  

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