lunes, 9 de noviembre de 2015

LEY CONTRA LAS PANDILLAS Y TRABAJO CARCELARIO

Imagen de "actualidad.rt.com"

Para la creación de una norma, se necesita tener una justificación, dicho en otras palabras, se necesita comprobar que sea algo que los ciudadanos necesitamos. 

En un país donde existe tanta legislación inservible, que responde a intereses obscuros, es increíble que a nadie se le ocurra que es urgente crear una norma que le haga frente al fenómeno pandillero. 

Las pandillas en Guatemala reclutan a medio mundo, es un error asociar exclusivamente a la juventud con este problema social, ya que dentro de sus filas hay desde niños hasta ancianos, no discrimina edad, sexo, grado de escolaridad, etc., basta con ver a los viejos gordos y tatuados que se dicen ser los jefes de algunas pandillas, para dejar claro que este no es un problema de la adolescencia.

Hay personas que piensan que crear una norma específico que regule este problema, sería crear un mayor estigma sobre cierto sector “desposeído”, lo cual es incorrecto, una cosa es la pobreza y otra muy diferente la delincuencia, no son sinónimos.

Muchas personas se internan en las pandillas huyendo de los problemas del hogar, otras buscando una alternativa temporal a sus problemas económicos, otros porque simplemente son inútiles incapaces de ganarse la vida, otros porque están acostumbrados a darse una vida que no pueden pagar, otros son obligados a ingresar, etc.

Quiero conceptualizar un poco lo antes indicado, cuando me refiero a problemas en el hogar, me refiero a la desintegración familiar, que da como resultado,  niños sin control debido a padres ausentes o bien la proliferación  de madres solteras, ya sea por casos de violencia sexual o simplemente por la toma de una mala decisión.

Cuando me refiero como alternativa temporal, es porque muchos creen que podrán entrar en tanto su situación mejora y creen que después podrán salir y hacer de cuenta que nunca paso, lo cual no es posible, las maras se cuidan de embarrar al que entra para garantizar que este será un eterno colaborador, bajo la amenaza de silenciar el estorbo.

La migración a Estados Unidos en la década de los 80´dejo muchos niños sin control  al cuidado de familiares que no cumplieron un correcto papel (gracias a Dios no todos, pero si una buena parte), menores que crecieron recibiendo remesas que les proporcionaron un cambio significativo de vida,  el problema  para muchos de ellos, llego con la mayoría de edad, al convertirse en hombres que no sabían hacer otra cosa más que ir a recoger la remesa,  muchos se acostumbraron a una forma de vida que no era eterna, padres que ya nunca volvieron al país y creen haber cumplido al proporcional manutención, la cual estaba carente de educación y valores a sus hijos,  ahora son adultos que encontraron en las pandillas una cómoda forma de no trabajar y seguir viviendo.

Otros grupo entran a las pandillas obligados, prestan “servicios”  a la mara, a cambio de no matar a un familiar o bien a ellos mismos, de esta cuenta miramos a niños involucrados, la sociedad no pasa de espantarse y el gobierno de “luchar” por sostener la peña, pero al final nada cambia, las cárceles escupen gente, ya no caben y cada día llegan nuevos inquilinos, que la sociedad trabajadora debemos mantener.

Sin importar cuál sea la causa, son un problema, que el estado no atiende como debe ser, ya que lucha contra los efectos pero no neutraliza las causas, razón por la cual es un esfuerzo estéril, gastamos como estado en vez de invertir.

Es urgente crear una ley que sancione de forma severa a las personas que formen parte de una mara, una ley que agregue la reincidencia como una forma de agravación de la pena, una norma que de una vez  y por todas desempolve la pena de muerte y obligue a los delincuentes a los que no se les puede imponer a trabajar a cambio de comida, para que dejen de ser de una vez y por todas, parásitos sociales.


Y por otro lado, ya es tiempo que exista un verdadero Ministerio de Cultura y Deportes, el cual proporcione espacios reales, en toda la república, para la recreación y la práctica de deportes, con el dinero que nos ahorraríamos en darle de comer a los presos sentenciados, bien podríamos crea un fondo para la promoción de la cultura y el deporte, libre del presupuesto que ya tiene ese Ministerio. Así como esta idea hay muchas más, pero lo primero es, limpiar y poner la basura en su lugar, ya que de seguro, con la casa ordenada, podremos apreciar mejor lo que hay que hacer.

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