LA INCOMPETENCIA UNA FORMA DE CORRUPCIÓN EN GUATEMALA

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Debemos de tener claro que en sentido literal el delito de corrupción con tal no existe, por lo que en sí mismo significa el término corrupción, que no es más que el hecho de corromper y a su vez esto significa descomposición de algo.

El termino corrupción en nuestros días se asocia de manera directa con los gobiernos, haciendo referencia a la descomposición y podredumbre en la que se encuentran en Latino américa los sistemas de administración de cada Estado, al punto poner por sinónimos los términos POLÍTICO=CORRUPTO, en mi calidad de Abogado cuando pienso en corrupción vienen a mi mente figuras como: cohecho, alteración de precios en concursos y subastas públicas, tráfico de influencias, malversación,  fraudes y exacciones ilegales, negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios públicos, abusos en el ejercicio de su función, abandono de destino y omisión del deber de perseguir delitos; y desobediencia y denegación de auxilio, financiación ilegal de los partidos políticos, etc. Es momento de ampliar el panorama al respecto.

Estamos claros que el fin de la corrupción a nivel gubernamental se da por el interés de sus políticos de aprovechar el puesto para servirse de él y obtener beneficios de cualquier tipo (dinero ilícito, proyectos, contratos, etc.), pero el día de hoy quiero hablar sobre algo que a mi parecer y entender debería ser considerado como delito en cuanto a términos de corrupción se refiere y es LA INCOMPETENCIA, y lo quiero exponer de forma muy sencilla, el poner en puestos que requieren de ciertas calidades y capacidades especificas a una persona que no reúne los requisitos para desempeñar de manera correcta su función, es una forma de tirar a la basura el dinero de los contribuyentes.

En Guatemala no hay forma que se termine la designación de puestos por compadrazgo, no importa si la persona es incapaz para desarrollar su función, si es una plaza con buena remuneración, lo que importa es que la llegue a ocupar alguien conocido.

Ahora que está claro el punto al que quiero llegar, me interesa enfocarme en el daño que sufrimos los guatemaltecos con esta mala práctica, NO IMPORTA si la persona contratada no roba en el ejercicio de su función, con el simple hecho de cobrar mensualmente por algo que no sabe hacer YA ES CORRUPTO, ya que nos cobra por algo no sabe hacer.  

Cuando un país tiene fondos limitados como Guatemala, debería ser una obligación para sus gobernantes tener una política de MERITOCRACIA en la contratación de servidores públicos, que garantice el buen uso de los recursos económicos.