viernes, 26 de julio de 2019

UNA VISIÓN, MÁS ALLÁ DEL “TERCER PAÍS SEGURO”


Guatemala ocupa geográficamente un lugar privilegiado en el área, somos el primer país de Centro América  y por ende la opción natural después de México, para tratar de contener la migración hacia Estados Unidos de América, las alarmas se encendieron con la posibilidad de convertir el territorio guatemalteco en un “tercer país seguro”, para albergar en nuestro territorio a todas las personas que deseen solicitar asilo político en tierras norteamericanas.

Analicemos con detenimiento la realidad de la migración hacia el norte, piense usted, ¿Cuántas personas indocumentadas llegan a Estado Unidos a buscar asilo?, ¿será que el verdadero problema es, la migración con fines de obtener asilo o  el problema son los miles de personas que viajan a buscar oportunidades de desarrollo?

Si tuviéramos una estadística de cuantos indocumentados guatemaltecos, piden asilo en Estados Unidos Vs los que únicamente buscan trabajo, entenderíamos que la intención de obtener asilo es una opción real para muy pocos migrantes, la razón es fácil de entender. Para pedir asilo hay que comprobar circunstancias especiales y personales (no del estado) que atenten directamente contra la vida y la integridad del migrante que pide el asilo y su familia.

Ninguna circunstancia adversa y propia de un estado es causal para pedir asilo en otro estado, como por ejemplo: la falta de oportunidades de desarrollo, la inseguridad, la violencia común, las pandillas, el alto costo de vida, etc. si esto fuera así, todo los habitantes de un estado tercermundista  seria candidato a obtener asilo.    

La verdadera crisis migratoria en Guatemala llegará, cuando los flujos migratorios queden estancados en este país, sin recursos para continuar intentando pasar el cerco militar que ya existe en la frontera sur de México, ni para volver a sus países de origen. Se quedarán parados en un país que tiene entre poco y nada que ofrecerles en su condición para asentarse aquí.   

México ya no abrirá la frontera con fines humanitarios y los pobladores fronterizos no quieren ver sus poblados convertidos en zonas de asentamiento, Guatemala pasaría de facto (sin acuerdo)  a convertirse en un “tercer país seguro”, sin recursos para hacerle frente a la crisis migratoria y con la obligación de responder.

Analice lo siguiente: ¿será que Estados Unidos autorizará el asilo de una persona que huyo de su país, cuando este ya se encuentra en “un país seguro”?, la lógica me indica que el riesgo ya fue superado, porque habrían de dar un salvo conducto para llegar a su territorio, cuando estando en Guatemala, el riesgo ya no existe.  

Al gobernó de Guatemala le URGE más allá del acuerdo (que es casi un hecho que tendremos que firmar), necesita crear una comisión de alto nivel para negociar el apoyo económico, para soportar la posible crisis migratoria que se viene, a la cual tendríamos que sumarle la llegada de migrantes de todo el mundo, que buscarían la embajada de Estados Unidos en Guatemala, con la esperanza de obtener un salvo conducto a tierras norteamericanas, sin olvidar que ese trámite tarda aproximadamente 2 años.

Los guatemaltecos nos estamos jugando más que las sanciones anunciadas por Trump, que incluye que nos retiren la visa para entrar a Estados Unidos a TODOS, nos estamos jugando la estabilidad económica y social del país, si el tema se sigue manejando como hasta ahora.
 
 

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